19 enero 2009
14 enero 2009
el fin del mundo no existe, aunque manejes como desquicidad tratando de huir de la ciudad, de la gente, de tus conocidos que ya no soportas, del ambiente decembrino, de las fiestas que siempre terminan amargas y de tu familia que te las amarga, no llegarás ahí, no existe. Diez horas al volante no te llevan a ningún lugar.
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